Experiencia íntima para un espectador


Salí sonriendo como una gila y... me encanta cuando la gente sonríe por la calle, no parecen giles, pero yo me sentía una gila. Pero ahí adentro no, estaba bien, era raro pero se suponía que fuese raro, se sentía bastante y... salí con muchas ganas de escribir pero iba para el subte y se me ocurrió grabar este audio con cierta esperanza de que salga decente para después subirlo al blog pero seguro que no va a salir para nada decente. Voy a decir cosas despacio y no se van a entender, o demasiado rápido y muchos silencios...


Pero igual mientras tanto voy hablando y como llevo el teléfono puesto en el oído parece que hablo por teléfono, entonces nadie sabe y está bien eso. Bueno, ahora tengo que poner la Sube en el molinete. Listo, ya pasé. Y... la pasé bien, me imagino que un montón de gente estando ahí no vería la hora de que se termine y a mucha otra le darían ganas de que siga. La relación uno a uno, cara a cara, cuerpo a cuerpo, tiene un germen revolucionario difícil de manejar.

Los globos me dan miedo, me da mucho miedo que exploten. En los cumpleaños siempre lloraba cuando explotaban. Así que inflé uno amarillito a ver si se me pasaba y me animaba a hacerlo explotar, pero ni ahí, lo dejé que fuera volando, ni siquiera voló demasiado alto. Se cayó, más bien. Quedé con velocidad. Camino rápido por el andén, no sé para qué, porque en unos pasos más se termina. Me gustó que me hablaran y verme la cara en el espejo, sonriente aunque el relato no fuera feliz, cobijada en la ficción. Me gustó sentir que estaba ahí y pensar qué estaba haciendo.

Me quedé con ganas de aplaudirlos pero me pareció que no daba, o por ahí es que soy tímida y nunca hago lo que tengo ganas de hacer en persona, entonces quizás podría aplaudir ahora pero no puedo porque tengo el teléfono en la mano haciendo como que hablo por teléfono mientras camino hasta el final del andén, no sé para qué, porque se termina y vuelvo para el otro lado. Entonces no puedo aplaudir, pero puedo golpearme el brazo. Quién sabe, quizás en el audio se escucha como un aplauso.


Experiencia íntima para un espectador
Interpretes: JuanFra Lopez Bubica, Julieta Ciochi, Agustina Barzola Würth, Renata Moreno, Alejandro Flombaum, Candelaria Frías

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